El juez estadounidense de origen haitiano Lionel Jean-Baptiste, el diputado Jerry Tardieu, la periodista Jacqueline Charles y un centenar de haitianos reunidos en el hotel Radisson JFK en Nueva York, a partir de la iniciativa de la Cámara Americana de Comercio, debatieron este viernes sobre la pregunta ¿la diáspora haitiana puede desempeñar un rol en la economía de Haití? La respuesta es “sí”, sin embargo, dicha respuesta da pie a otra pregunta aún más importante y difícil de responder ¿cómo hacerlo?

El insoportable calor del pasado mes cede su lugar a un viento suave y agradable. De esta manera, Nueva York se preparar para recibir la época fría. Pero antes que esto ocurra, nuestros compatriotas de la Gran Manzana no se hicieron de rogar para venir a aprovechar el clima cálido y discutir sobre el futuro del país y de su futuro en Haití. Fueron aproximadamente doscientas personas que viajaron desde Florida, Boston y otras ciudades. La élite de la diáspora, especialmente la neoyorquina, se reunió en este hotel de Queens.

El diputado Jerry Tardieu, el participante principal de la conferencia, sin rodeos declaró “Sí, nuestros compatriotas de la diáspora tienen un rol importante que desempeñar en la economía haitiana”. Sin embargo, la pregunta es ¿cómo hacerlo? Durante su intervención, el parlamentario explicó los dos ejes principales de sus acciones en el Parlamento en favor de la diáspora: de un lado, una ley sobre la nacionalidad haitiana y, del otro lado, una proposición de reforma constitucional dentro de tres años que, según su opinión, permitirá a los haitianos en el extranjero elegir a sus propios parlamentarios.

El jefe del bloque minoritario de la Cámara baja también insistió sobre ciertos aspectos de su propuesta de ley, especialmente los relativos a los llamados “apátridas”: “Si se aprueba la nueva ley, se permitirá regularizar la situación y el estatus de millares de compatriotas afectados por el fallo de la Corte constitucional dominicana”, explicó. El documento indica cómo un haitiano puede renunciar a la nacionalidad haitiana y los pasos para hacerlo. Los asistentes aceptaron y aplaudieron su propuesta de ley sobre la nacionalidad, la cual fue vista como la solución al problema de la doble nacionalidad.

“Los haitianos que viven en el extranjero deberían tener su propio diputado en el Parlamento”, insistió el diputado. Dichas declaraciones le valieron los aplausos de los presentes. “La batalla no es fácil y hay muchos obstáculos. Si bien está claro que la diáspora no podrá votar en estas elecciones, el diputado de Pétion-Ville hizo la promesa de que luchará para darles su derecho al voto en las próximas elecciones. La sesión de preguntas y respuestas evidenció el entusiasmo de la diáspora por la propuesta de ley sobre la nacionalidad impulsada recientemente por el diputado Tardieu, quien agregó que dicha ley será sometida a discusión durante la tercera sesión legislativa.

Jerry Tardieu lamentó que frecuentemente se discuta sobre la integración de la diáspora en conferencias, simposios, mesas redondas y otros eventos académicos e intelectuales sin llegar a ningún resultado. “La única integración posible sólo puede realizarse a través de textos legales y enmiendas. Yo invito a la diáspora a organizarse para apoyar mis iniciativas en el Parlamento tomando postura al respecto y asimismo mediante notas de prensa y afines”, solicitó el presidente del G-PEP.

“El valor que tiene la diáspora para Haití es extraordinario. Tenemos profesionales dispuestos a ayudar al país”, anunció el juez estadounidense de origen haitiano, Lionel Jean-Baptiste. La diáspora, según sus palabras, ha luchado contra los regímenes dictatoriales, contra el golpe de Estado, contra la estigmatización del VIH, entre otros. Sin embargo, el juez reconoció que el gran problema de la diáspora es su división y falta de organización. “No estamos organizados como los judíos para defender los intereses de nuestro país y eso nos hace débiles”, expresó.

El juez Jean-Baptiste critica a aquellos que creen que los haitianos naturalizados o aquellos que nacieron en el extranjero no son haitianos: “No queremos exclusión”, indicó, subrayando que estuvo en Haití recientemente y se entrevistó con el presidente Jocelerme Privert y el diputado Jerry Tardieu. Se organizó un comité con el fin de trabajar en un documento que contiene diez puntos de unidad de la diáspora haitiana.

La reconocida periodista Jacqueline Charles del Miami Herald dijo sin titubeos a nuestros compatriotas de la diáspora que tanto ellos como los que viven en Haití tienen el mismo problema de división: “No necesitamos hacer política o tener un puesto de director general para ayudar a Haití. No todo el mundo puede ser presidente o ministro…”, declaró.

De acuerdo a la periodista, la diáspora debe reforzar las instituciones ya existentes sin buscar la creación de estructuras paralelas: “Podemos cambiar todas las leyes del país, pero si nosotros los haitianos no cambiamos de mentalidad, no habrá cambio”, aseguró.

A última hora, el Embajador de Haití en Washington, Paul Altidor, tuvo que cancelar su participación en la conferencia para hacerse cargo de la enfermedad de su hija. Los miembros del comité de la Cámara Americana de Comercio, Cedric Chauvet, Patrice Bayard y Regine R. Labrousse, el embajador de Haití ante las Naciones Unidas, Denis Regis, el cónsul general de Nueva York, Peter Helder Bernard, y la cónsul general de Haití en Boston, Marjorie Brunache, fueron, entre otros, las distinguidas personalidades que participaron en esta conferencia.

 

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