Alrededor de una hermosa bahía de 3 km de ancho, el antiguo puerto de café, Jacmel , es una de las ciudades más amigables y tranquilas de Haití. A un par de horas en automóvil, al sur de Puerto Príncipe, es un destino de fin de semana para los habitantes de la ciudad, y alberga uno de los mejores carnavales del país. Pero en cualquier época del año, Jacmel es un gran lugar para recargar las baterías.
Parte del encanto de Jacmel reside en su casco antiguo, lleno de mansiones y almacenes de comerciantes con una gracia victoriana, con balcones de hierro forjado y fachadas desconchadas.
La ciudad es la capital indiscutible de la artesanía de Haití, con docenas de talleres que producen recuerdos pintados a mano, desde la decoración de las paredes a las máscaras de papel maché producidas para las fiestas de Carnaval. Es el lugar de nacimiento de dos fuerzas creativas enormemente influyentes, quienes han creado obras inspiradoras que representan la ciudad, el artista Préfète Duffaut, quien realizó los increíbles murales de la catedral episcopal Sainte Trinité en Puerto Príncipe , y el novelista y poeta René Depestre.
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